Cuando mi querido amigo Santiago Cárdenas me dijo que su blog Pentagramario había cumplido un año, debo confesar que me sorprendí. No porque pensara en que este había cumplido poco o mucho tiempo; simplemente, porque nunca me había puesto a pensar en este espacio cibernético –uno de los pocos buenos que hay, debo remarcar– en términos temporales. Me parece un espacio elástico, en el cual veinte años o treinta días no son una medida que se tenga en cuenta. Y creo que esto se explica por la naturaleza de este espacio: se trata de un recinto dedicado a la música, que justamente posee el don de disolver el tiempo. Una canción puede durar unos pocos minutos, pero durante aquellos el oyente se puede transportar años, décadas, volver a sentir o, incluso, a presentir. Esos pocos minutos se convierten, entonces, en un viaje atemporal por las fibras más sensibles del pensamiento y del sentimiento.
Santiago, con gran conocimiento y una buena redacción, nos presente en cada entrada una de sus entradas distintas propuestas musicales, distintas escuelas estéticas. Entonces, además de escuchar, nos enteramos, sabemos. Así, nos volvemos sus cómplices en la deleitación de un arte tan milenario como reciente, tan presente como futuro. Y es que la música y la poesía son dos caras de una misma moneda y pervivirán con el hombre hasta el último de sus suspiros.
Un años, dos, cuatro, veinte… No importa. Importa que Santiago nos siga brindando este espacio de esparcimiento y conocimiento, que finalmente es un paréntesis estupendo en la monotonía del día a día.
Santiago, con gran conocimiento y una buena redacción, nos presente en cada entrada una de sus entradas distintas propuestas musicales, distintas escuelas estéticas. Entonces, además de escuchar, nos enteramos, sabemos. Así, nos volvemos sus cómplices en la deleitación de un arte tan milenario como reciente, tan presente como futuro. Y es que la música y la poesía son dos caras de una misma moneda y pervivirán con el hombre hasta el último de sus suspiros.
Un años, dos, cuatro, veinte… No importa. Importa que Santiago nos siga brindando este espacio de esparcimiento y conocimiento, que finalmente es un paréntesis estupendo en la monotonía del día a día.
Bruno Nassi
Vancouver, B.C., Canadá.
Vancouver, B.C., Canadá.
0 comentarios:
Publicar un comentario