jueves, 28 de marzo de 2013

La Máquina de Hacer Pájaros: Homónimo

Deja un Comentario
Resulta que a mediados de los años '70, cuando el rock progresivo estaba muy en boga y muy de moda entre el pueblo rockero, el señor Charly García andaba como loco de un lado al otro con toda su creatividad encima y sin dónde plasmarla, ya que Sui Generis se había desintegrado hacía poco tiempo, es por ello, que ni corto ni perezoso, se embarca en un nuevo proyecto musical, que tendría como principales influencias a bandas como Yes, Genesis, Pink Floyd y Focus, me refiero a La Máquina de Hacer Pájaros, un grupo que duró muy corto tiempo (1975-77), pero que nos dejó grandes canciones y la demostración de que sí podemos hacer rock progresivo del mejor en Latinoamérica.
Los vientos del rock progresivo y sinfónico golpeaban la puerta de García, recordar el fantástico solo de teclados y piano en el concierto despedida de Sui Generis (en el tema "Un Hada Un Cisne"), dentro del estilo Rick Wakeman de "Yessongs", y los arreglos de "Instituciones" (último disco de la banda) que ya insinuaba arreglos en elaborado estilo, además de su reconocido gusto por Procol Harum o su banda de cabecera, The Beatles. La idea de un nuevo proyecto en esta línea ya estaba en marcha.

Oscar Moro, ex baterista de Los Gatos y de Color Humano, entre otras bandas, le había mencionado a Charly que quería trabajar con él. Fue Moro precisamente el primer convocado. Existía por entonces en el Buenos Aires de principios de 1976, una banda formada por Pino Marrone en la guitarra, Aníbal Kerpel en el teclado, Gonzalo Farrugia en la batería y José Luis Fernández que tocaba el bajo. Este joven abandonaría esa banda para unirse a García y Moro. El reemplazante de Fernández sería Gustavo Montesano, mientras que la banda citada luego sería Crucis, una de las grandes en Argentina.
El debut de este grupo (Moro, García Fernández) se dio en Córdoba, poco después, en ese show conocen a un fan, también músico, que tocaba guitarra, llamado Gustavo Bazterrica, que se transformaría en el cuarto miembro del grupo. Alcanzado el estatus de cuarteto, La Máquina de Hacer Pájaros realiza sus primeras presentaciones capitalinas en el boliche La Bola Loca, propiedad de Atilio Stampone. También se había incorporado un coro a cargo de Ana María Quatraro y Héctor Dengis. Pero Charly no estaba conforme y decide agregar a otro integrante para poder alcanzar una identidad grupal que no dependa tanto de él, y eliminar al coro. Es así como Carlos Cutaia, ex Pescado Rabioso, entra a formar parte de La Máquina de Hacer Pájaros. "La onda es hacer una música elaborada, con concepción en los arreglos. Pero no queremos hacer una música hermética, queremos que la entienda todo el mundo." manifestó Charly García en el año 1976. También dijo Charly que la banda pretendía ser "el Yes del subdesarrollo".
La Máquina de Hacer Pájaros fue contemporánea al inicio de la dictadura argentina, y es en este grupo donde Charly comienza a desplegar su enorme potencial como músico, compositor, cantante y letrista.

Había por esos años una tira de humor gráfico, cuyo protagonista era un tal García, y la historieta se titulaba "García y La Máquina de Hacer Pájaros", la coincidencia hizo que adoptaran ese nombre para la banda. El dibujante y humorista autor de esa tira, llamado "Crist", les hizo una graciosa historieta para la portada del álbum debut, en donde el protagonista presentaba a la banda, definiéndola como "un pájaro progresivo".

Con el material suficiente para un disco (mucho del cual ya venía de Sui Generis), comienzan a tocar en locales para no más de trescientas personas, para terminar de afianzarse y afinar los detalles finales, corría mediados de 1976...
Con ese material, totalmente escrito por García, aunque en contra de lo que él pretendía, ya que deseaba ser uno más adentro del grupo y no el líder, (pero la cantidad y la calidad de su producción musical pudo más) se disponen a grabar su debut discográfico. El disco debut fue llamado igual que la banda. La voz de Charly en este primer disco de La Máquina de Hacer Pájaros, casi ni se escucha. En cambio, sí pueden escucharse los coros de Celeste Carballo (actualmente, ícono del rock argentino), con solo 20 años de edad en aquel entonces. "La Máquina de Hacer Pájaros" fue lanzado a finales de 1976.

"La Máquina de Hacer Pájaros" contiene siete temas en total, con varios tracks de larga duración, aunque el que más resalta (y el que se convertiría posteriormente en el clásico de este disco y el tema más popular y reconocido de la banda), es "Cómo mata el viento norte", la canción que menos dura de su disco homónimo.

Las letras de este álbum marcan una distancia con las de Sui Generis, donde eran de estilo más adolescente y amoroso, en este disco, podemos ver a un García intentando ser más profundo. Aunque dicho sea de paso, el tema que abre el álbum homónimo de La Máquina de Hacer Pájaros, "Bubulina", ya se tocaba en las presentaciones en vivo de Sui Generis.

Por otra parte está el lado melódico, que demuestra una gran madurez musical por parte de Charly y compañía. Aunque digámoslo así, los discos de esos años, lanzados entre 1973 y 1976 por bandas como Focus, Pink Floyd o The Alan Parsons Project, el álbum debut en el caso de esta última, están mucho más desarrollados, mientras que La Máquina de Hacer Pájaros, pese a ser de la segunda mitad de los 70's, tenía un rock progresivo más hacia "In the Court of the Crimson King", de King Crimson, considerado el primer álbum de rock progresivo, o "In Search of the Lost Chord", de los Moody Blues, también algo por ahí del famoso "Yellow Submarine" de los Beatles, todos de finales de los sesenta y con un sonido mas lo-fi (esto sin desmerecerlos, ya que los discos mencionados son de los más grandes de la historia, lo-fi no es sinónimo de malo), aunque tiene también bastante similitud sonora con "Close to the Edge", de Yes, lanzado en el '72. En cierto modo, esto se debe a que en esa época era más difícil acceder a los nuevos discos lanzados en Estados Unidos y Europa. Pero estas comparaciones se vuelven simples vanidades al escuchar el disco, donde uno se encuentra con un rock progresivo de primerísima calidad, al nivel de Pink Floyd, Yes, y de las principales bandas progs de aquellos años.

El álbum debut de La Máquina de Hacer Pájaros tiene un rock progresivo con mucha esencia sinfónica y psicodélica, también con algo de ácido, al buen estilo de King Crimson. Abre el disco, como dije antes, "Bubulina", rock progresivo sinfónico, con tintes de psicodelia, donde el sonido de los teclados es magnífico, y digo los teclados porque fueron justamente Charly y su Máquina, los primeros en introducir con éxito en una banda el uso de dos teclados de manera simultánea, en el Argentina y si no me equivoco, en América Latina también. Con unos quiebres alucinantes, el sonido de la batería es espectacular, cosa obvia, ya que la banda contaba con el mejor baterista argentino; Oscar Moro... Y bueno, en "Bubulina" no podemos dejar de mencionar la genial trabajo de la guitarra, con unos solos simplemente hermosos, bastante psicodélicos. Le sigue "Cómo mata el viendo norte", donde la guitarra acústica, acompañada del sintetizador y la suave y melodiosa voz de García, nos llevan de viaje por el paraíso del prog-rock. En esta canción, la batería, rítmica y sin aspavientos, acompaña demasiado bien, y a la vez el bajo, uff, "Cómo mata el viento norte" es una señora canción, digna de los más grandes y sublimes aplausos.
Aparece después, en tercer lugar "Boletos, pases y abonos", un tema muy sinfónico, con una estética que por momentos se acerca al sonido funk, sobre todo por el trabajo que cumple el bajo en este tema. Cabe resaltar también el magnífico solo de teclado, realmente es esencial el trabajo en teclados de La Máquina de Hacer Pájaros. "No puedo verme más" es el cuarto tema del disco, un rock progresivo bastante ácido, donde la guitarra cumple un rol básico dentro de la grandeza de esta canción.
Después viene "Rock and roll", que es básicamente un R&B, con algunos arreglos progresivos.
"Por probar el vino y el agua salada", el penúltimo tema del álbum, un folk rock que al igual que su predecesor, tiene arreglos prog.
Cierra el disco homónimo de esta gloriosa banda argentina "Ah, te vi entre las luces", la canción más larga del álbum, más de once minutos de voces melódicas, coros espectaculares, rock sinfónico, psicodelia ácida y rock progresivo que nada tiene que envidiarle a los grandes del rock progresivo británico.

Por eso y muchas cosas más, vamos a Argentina esta navidad!

La Máquina de Hacer Pájaros se separó a finales de 1977, dejando un efímero pero grandioso legado a todos los amantes del rock, que como yo, y otros miles más de personas, disfrutan mucho y demasiado de este género musical.
Nunca me cansaré de repetirlo, le duela a quien le duela, Argentina es el país que mejor rock en español ha lanzado... Ni siquiera España logra alcanzarle...
Aguante el rock che!



Fuente del contenido histórico: Wikipedia en español.

Valoración del Álbum:

0 comentarios:

Publicar un comentario

© PENTAGRAMARIO - Todos los derechos reservados | Webmaster: MardojaiWD